lunes, 7 de abril de 2014


VIA CRUCIS "TEATRALIZADO" POR LOS NIÑOS DE CATEQUESIS
«Todos debemos hacernos pequeños como los niños, confiados totalmente al amor de Dios-Padre, y llenos con humildad evangélica».Juan Pablo II 


Durante la mañana del pasado Sábado, 05 de Abril, los niños de catequesis realizaron un Via Crucis Teatralizado, donde escenificaron ocho estaciones, sobre la vida de Jesús, en su camino al Calvario. 

En la novena  y última estación, los catequistas provisto de carteles, quisieron hacer presente los "crucificados de hoy" (enfermos terminales, drogadictos, victimas de la guerra, de la violencia,..etc.).

Sin duda, lo que estos niños han podido revivir y compartir con sus Padres, no es solo el sacrificio realizado por Jesús para salvarnos del pecado, sino algo más: "Un gran testimonio de Amor".


  •  De un Hijo a un Padre: Es por amor a su Padre, que Jesús quiso sufrir la muerte de la cruz. Porque le amaba, pone la voluntad de su Padre por encima de todo y acepta sufrirlo todo. "Oh Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. He aquí el triunfo del amor. 


  • De un Padre a sus Hijos. Con su entrega, Jesús revela el gran amor de Dios por los hombres:
"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna." Jn 3, 16.


Jesús no solo vino a proclamar con su palabra y con sus obras el  gran amor de Dios por los hombres, sino que el mismo, por amor, se entregó por nosotros, para salvarnos de nuestros pecados.

"Su amor, ese amor en el que Él se entrega libremente por nosotros, es lo que nos salva" Benedicto XVI


En este Viacrucis, se tuvo presente a tantas personas, que como Jesús sufren un verdadero calvario; enfermos, perseguidos por defender sus ideales, victimas inocentes en general, que viven en situaciones indignas, están privados de sus derechos fundamentales, son privados de la vida, o que, en definitiva no pueden defenderse. 


Jesús "sigue sangrando" en sus "heridas realizadas por nuestros pecados", por estos hombres y mujeres que sufren. Todos somos víctimas pero también somos culpables de que muchos sufran. 


Por todo lo anterior, si Dios nos amó de esta manera,  es justo que también nosotros nos amemos unos a otros; debemos "sembrar amor en nuestro corazón y en el de los demás".

Que este Viacrucis nos sirva para que aceptemos llenos de esperanza los sufrimientos de cada día y descubramos a través de la vida de Jesús, el verdadero sentido del sufrimiento y del amor hacia todos los hombres.  

Que nosotros los cristianos como discípulos de Jesús, y gozosos de alegría, seamos capaces de dar testimonio al mundo de que Cristo es quien nos Salva; solo Él nos da la Vida Eterna.