martes, 26 de febrero de 2013

Oración - Acción de Gracias por el Papa Benedicto XVI

Señor Jesucristo, Buen Pastor
te damos gracias por el Papa Benedicto XVI,
y el generoso cuidado con el que nos ha guiado
en el ejercicio del ministerio petrino,
a punto ya de concluir.

Gracias por este humilde trabajador de tu viña
que nos ha ayudado a redescubrir quién es Dios,
y cuál es el lugar que le corresponde
en la vida  de la iglesia y de cada uno de nosotros.

Gracias porque nos ha recordado que se es cristiano
no por una decisión ética sino por el encuentro contigo,
que cambia radicalmente nuestra vida.

Gracias porque nos ha ayudado a descubrir 
el diálogo indispensable entre la fe y la razón,
que lejos de oponerse, se necesitan mutuamente.

Gracias porque sin regatear sinsabores y disgustos,
ha limpiado a la Iglesia de la terrible lara de la pederastia.

Gracias porque al convocar el Año de la fe,
nos ha ayudado a redescubrir
la alegría e ser discípulos tuyos
y nos ha invitado a comunicar
la gran noticia de tu misericordia y tu amor a los demás.

Gracias por su contribución a la lectura adecuada
de los documentos del Concilio Vaticano II,
la hermenéutica de la continuidad,
de la acogida de la novedad
en la continuidad y en la fidelidad.

Gracias por su esfuerzo constante,
por hacer presente a Dios, que es Amor,
en un mundo que vive como si Dios no existiera
y por mostrar cómo ni Dios ni su Iglesia
son los enemigos de la humanidad, sino todo lo contrario.

Gracias, por su defensa de las raíces cristianas de Europa,
y por haber relanzado la Nueva Evangelización,
señalando a la iglesia la ruta que debe continuar.

Gracias por la importancia que le ha dado a la Eucaristía y la Palabra,
insistiendo que en ellas se alimenta y nutre de la vida cristiana.

Gracias porque ha llevado muchos motivos de esperanza
a tantas personas no creyentes, buscadores de la Verdad.

Gracias, por su sencillez, humildad, valentía y libertad,
al renunciar por amor al ministerio petrino,
y, oculto para el mundo, seguir sirviendo desde la plegaria constante
a la Iglesia que tanto ha amado.
Ámen.